Apuntes sobre los primeros años del Mercosur 1991-2007


Coordinación de Políticas Macroeconómicas

8.- Coordinación de políticas macroeconómicas: objetivo prioritario del MERCOSUR.

¿Falta de realismo de los negociadores o “deber ser” que debía incluirse de todas maneras?

Nadie estaba ajeno a la dificultad que conllevaría cualquier intento de coordinar políticas macroeconómicas y la realidad demostró que hubo un bajísimo nivel de coordinación a lo largo de todos estos años.

Además de las crisis que poblaron el periodo, múltiples explicaciones han dado al respecto los analistas y sin menoscabar aquellas realidades y estas explicaciones, debe recordarse que esta dificultad se vincula especialmente con una de las características centrales del MERCOSUR, a saber, la diferencia de potencial geo-económico entre Argentina y Brasil, aunque también entre estos dos países y los socios menores.  

El PBI brasileño, más de tres veces mayor que el argentino, desestimula cualquier intento de coordinación macro.  ¿Por qué habría Brasil de coordinar - excepto que encuentre acuerdo con sus posiciones -  políticas macroeconómicas con una economía tres o cuatro veces menor? A ello debe agregarse que el comercio intra-mercosur es una porción importante, pero nunca superior al 30% del comercio total de Argentina ni del 15% en el caso de Brasil; en consecuencia tampoco es un estímulo suficiente para la coordinación de políticas macroeconómicas.


Sin embargo, estas dificultades objetivas y muchas otras que aparecerían en un análisis detallado de la cuestión, no deben dejar de lado la búsqueda de este objetivo central para el buen funcionamiento de cualquier intento de zona de  libre comercio mas unión aduanera, que aunque imperfecta, ya lo es el MERCOSUR llegando al final del año 2006.


9.- Paraguay y Uruguay

Durante las negociaciones para el ingreso de Uruguay y Paraguay al acuerdo argentino-brasileño que dio nacimiento al MERCOSUR, éstos plantearon la cuestión de los países menores y la necesidad de un tratamiento preferencial.  Se acordaron “diferencias puntuales de ritmo” y ambos países consiguieron más tiempo para la vigencia de sus listas de excepciones.  

Al inicio del proceso de integración parecía lógico consagrar reglas de juego iguales para todos los socios a fin de fortalecer los cimientos del edificio.  Pasados los años, no queda duda que es necesario determinar un tratamiento especial a lo que se ha dado en llamar “asimetrías” de Uruguay y Paraguay frente a Argentina y Brasil.

Las decisiones del Consejo del Mercosur Nros.45/04 y 18/05, crearon el Fondo para la Convergencia Estructural del Mercosur – FOCEM – destinado específicamente a financiar el desarrollo de las economías y regiones menos desarrolladas. Los cien millones de dólares anuales con que cuenta el FOCEM al año 2006, y las preferencias que se dan a las economías menores, son un paso importante en el sentido correcto.  

Sería conveniente complementarlo con otras medidas que sin abrir espacio para “maquiladoras”, favorezcan la radicación de inversiones en dichos países.  Este no es un tema simple de resolver, porque también en Argentina y Brasil hay regiones postergadas que necesitan de un tratamiento especial para aproximarlas a los niveles de desarrollo de los centros económicos más ricos y dinámicos.

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